Qué elegancia La Paz; Nuestra Señora de La Paz, formalmente. Las cholitas sacaron sus trajes de la moda europea de principios del siglo XX y se quedaron así, con el sombrero jipijapa. Ahora hay trajes populeques y otros más formales, pero todos se ven elegantes. En el Mercado Negro venden esa ropa. Está lleno de mercados, por todos lados. Yo me quedé en un hostal en el mercado de hechicería. Eso sí que era raro. Estaba lleno de fetos de vicuña para enterrarlos en la casa y traer la buena suerte. Es increíble que pasen llenas esas tiendas. Toda la gente pide que le preparen una ofrenda a la Pachamama con dulces, plantas, tierras y figuritas varias. Un señor quería atraer turistas a su tienda, así que le pusieron un dulce que tenía una oficina dibujada. Yo compré unos amuletos y polvo de cementerio. El hostal estaba pasado todo el día a palo santo quemado que prendían en las calles. Pero me adelanté y tengo que decir cómo llegué a La Paz. De Copacaba es un bus que tiene que atravesar el estrecho de Tiquina. Nunca había escuchado esto. Nosa bajamos en San Pedro y había una ceremonia de un colegio. Fue algo divertido porque la profesora les decía ¡viva La Paz! y los estudiantes no respondían. Habíaque motivarlos más. También hubo un recital de poesía en aymara, con una alumna muy emocionada que actuaba lo que decía. Finalmente felicitaron a los que cruzaron el estrecho, (¿nadando?). Se supone que eran paceños, pero La Paz queda lejos. ¿Qué hacían en ese pueblo?
De ahí llegué a La Paz y cuando me bajé del bus conocí a Rafa (español) que fue mi compañero en esa ciudad. Es una ciudad fascinante. Me impresionó lo barata que puede llegar a ser. Está lleno de subidas y con mi resfrío cada vez respiraba menos, pero soroche no tuve. Me lo caminé todo, arriba y abajo, mercados, calles, plazas, museos, iglesias, noche, día, amaneceres, anocheres, luces, fiestas patrias, peñas folclóricas. Esa peña fue raro. Estuvo buena con los bailes y música, pero llegó un humorista "famoso" y se convirtió en un festival de Viña en la pero noche, por lo menos para mí que no entendía los chistes. De ahí salí a caminar por la madrugada paceña buscando las luces de colores con los colores de La Paz (verde y rojo). En Bolivia me hice adicto a dos cosas: los cereales inflados del tipo Natur y las empanadas salteñas que cada vez que las veía en la calle tenía que comerlas. No hay como las fiestas patrias chilenas. Parece que en Perú y Bolivia son sólo actos oficiales y alguna que otra salida a las peñas. Pero acá los ánimos andan efervescentes. Hay protestas todos los días de todo tipo. Ayer me tocó la de la tercera edad y depués la de minusválidos. Muestran videos explicativos en las calles sobre el apoyo a Evo (el sí). Algunos se quedaron durmiendo en colchones en la plaza. Con todos esos elementos me gustó mucho la ciudad y la gente.
fotos: protesta en la plaza san francisco (muchas bombas de ruido); batidos y ensaladas de frutas; el prado con luces de colores; plaza murillo y un muñeco de carnaval; mercado de hechicería, fetos de vicuña, polvos y altares