Ya me mejoré. Qué bien se siente y vuelvo al ataque: trucha frita, hamburguesas potentes y CUY. Por fin pude comerlo. Desde Ecuador hace 3 años que le tengo echado el ojo. Hasta en las pinturas de la última cena de la escuela cusqueña aparecen más grandes que el pan y el vino. Tiene sabor a asado de chancho, pero poca carne y muy difícil de comer. Es una lata. Me demoré como hora y media. Aparte de eso, visité Ollantaytambo en el Valle Sagrado. Qué pueblo más bonito. Al lado de un cerro con ruinas incas, campos de cultivo, calles empedradas, murallas incas y relajo de fiestas patrias en la plaza. Ahí fue la trucha comida con los dedos (bien limpios eso sí).
Todas las casas tienen unos toros en el techo de tejas para atraer las buenas energías. Me llevo unos a Chile para ponerlos en la casa. Se les echa cerveza y vino. Hoy fue día de museos y caminata porque en la noche me voy al Titicaca.
fotos: ruinas en ollanta y valle sagrado; niña corriendo feliz en ollanta; plaza de ollanta; cuyes en santa catalina (arequipa); cuy en mi mesa (cusco)
1 comentario:
No entiendo cómo en la casa eres tan mañoso y cuando viajas eres capaz de comerte hasta un ratón asado!
mari.
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