Arequipa es conocida como la ciudad blanca por las piedras con que hicieron sus edificios. Es muy bonita. Creo que he tenido un retroceso o me he puesto más viejo. Estoy prefiriendo habitaciones simples y con baño. Después me di cuenta que es por necesidades de sueño. Habiendo pasado días sin dormir prefiero que no me molesten en un dormitorio ni me despierten. Estoy comiendo por menos de 500 pesos un menú completo. El lomo saltado está harto bueno, más jugososo que el de mi casa. En el mercado central probé una fruta muy rica, la granadilla, parecida a la maracuyá, pero redonda y se come como chupando una granada. Echo de menos el pan chileno. Acá hay puros panes fomes o dulces. Por lo menos en Centroamérica tenía esas tortillas desabridas. La momia Juanita es todo una celebridad por aquí. La encontraron congelada en un cerro derca del cañón del Colca y todavía la tienen congelada. Es una niña y fue sacrificada. Increíble cómo subían esos cerros sólo con chalas y túnicas. El monasterio de Santa Catalina es una ciudad entera, llena de calles, cocinas, muros y celdas. Partí recorriéndolo al revés de los cristianos, así que tuve que arreglarlo volviendo al principio y siguiendo el recorrido lógico. Hasta cuyes tenían guardados por ahí. Si por el momento el blog está fome es porque ando casi que en viaje de jubilado. Prometo más acción, pero no tanta como la de antes.
fotos: confesándome en el monasterio de santa catalina; plaza de armas
No hay comentarios:
Publicar un comentario